RIBEIRA – Siguen apareciendo vertidos de azufre en polvo en otros lugares de la ciudad, como sucedió este viernes en la entrada a un garaje de la céntrica Rúa Cordieiro
Los Bomberos del parque ribeirense acudieron a última hora de la tarde de este viernes a recoger un vertido de azufre en polvo en la entrada a un garaje de la Rúa Cordieiro
Después de que los Bomberos del parque comarcal de Ribeira rogasen este jueves que no se volvieran a registrar vertidos de azufre en polvo, como el que había tenía lugar ese día en un portal de un edificio de la Rúa Carlos Casares -en el barrio residencial de Abesadas-, por ser un producto tóxico, inflamable y cuyo uso en la vía pública está prohibido por ley, se ha vuelto a repetir este episodio, aunque en otro lugar de la capital barbanzana. Fue poco antes de las ocho y media de la tarde de este viernes cuando se recibió un nuevo aviso de un particular que advertía de la existencia de esa misma sustancia en varios puntos del acceso a un garaje situado en la Rúa Cordieiro, y hasta allí se movilizaron esos mismos efectivos de emergencias, así como una patrulla de la Policía Local.
Al igual que hicieron sus compañeros en la jornada anterior, los Bomberos de guardia actuaron en todo momento según lo que establece el protocolo de limpieza y recogida que indica la ficha de seguridad del azufre en polvo. Por ello, mezclaron sepiolita absorbente con ese producto químico y lo depositaron en una bolsa, que le entregaron a los agentes municipales, que se hicieron cargo de esos restos de azufre para ponerlos en manos de una empresa especializada en este tipo de residuos. Una vez lo retiraron ya pudieron efectuar un baldeo con agua de la zona, para que no quedase el más mínimo resto de la sepiolita usada. Su intervención concluyó sobre las nueve y cuarto de la noche.
Al igual que en el caso del portal de un edificio de la Rúa Carlos Casares, se sospecha que algún residente o propietario de una plaza de garaje está detrás de ese vertido de azufre en polvo, siguiendo la creencia popular de que esa sustancia repele a los perros y así se evita que esos animales acudan a orinar en ese lugar. Sin embargo, los Bomberos de Ribeira volvieron a apuntar que no existe constancia científica sobre ese efecto. Estos profesionales de emergencias indicaron que, al contrario, se trata de un producto químico que presenta graves riesgos para la salud de las personas y los animales, además de que, como ya se indicó más arriba, es inflamable, por lo que presenta peligro de incendio.
Ben é certo que este tipo de prácticas son totalmente contrarias á lexislación e, como é evidente, perxudiciais para a saúde de persoas, animais e medio natural. Asemade, neste caso trátase de un produto inflamable polo que a todo o anterior temos que engadirlle o punto de perigosidade.
Pero este tipo de feitos ten unha segunda lectura non menos importante: unha problemática de hixiene e limpeza nesta nosa cidade que non se soluciona cunha campaña de carteis e folletos, como puidemos apreciar na anterior lexislatura.
Que hai que informar e educar á xente nestes e outros aspectos, por suposto, pero tamén hai que multar a aqueles que facendo exercicio da súa liberdade, limitan ou invaden a liberdade dos demais. Desgraciadamente a algúns só lles doe o bolsillo, e a outros nin eso.
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Precisamente en ese entrada de garaje, y en toda la calle Cordieiro y anexas, hace tiempo que hay un olor a meo que es insoportable.
La recogida de excrementos (están las aceras llenas de cagadas), el no llevar bozal los perros, llevar a los perros sueltos, y con el calor hay zonas que huelen a meo (pero no es solo de los canes, también los hay de los de dos patas), es una asignatura pendiente del Sr. alcalde y los responsables de la policía local que solo se centran es los coches mal aparcados. Delante de la oficina de la policía local hay excrementos, y no se sanciona a los dueños de los perros.
Hoy a la mañana, precisamente, en la salida de peatones del aparcamiento del Centenario olía a meo.
Esto cuando es verano y con el calor es un foco infeccioso. Esperemos que llegue pronto el invierno para que llueva y limpie las calles y portales, porque este problema no tiene pinta de arreglarse.
Y esto no es solo en el centro de la ciudad, en los pueblos pasa lo mismo.
Esperemos que se cumplan las ordenanzas municipales, referentes a higiene y seguridad.
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