RIBEIRA – El joven palmeirense buscado por pegar a su padre y quemar un galpón de su casa en Lomba deberá ingresar el martes en prisión por otra causa

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El joven A.S.F., apodado «O Perreras», de unos 28 años y vecino del lugar palmeirense de Lomba, que está siendo buscado por la Policía Nacional depués de que su padre de 64 años lo denunció por haberle causado lesiones tras golpearle en las jornadas del viernes y sábado, y que también incendió galpón pegado a su vivienda, sigue en paradero desconocido. De todos modos, este martes deberá ingresar en la cárcel provincial de Teixeiro aunque será por una causa distinta. Al parecer, según indicaron algunos familiares y amigos, el motivo de que deba entrar en prisión no es otro que no haberse presentado a los trabajos en favor de la comunidad por los que se le conmutó una condena que tenía pendiente por conducir un vehículo a motor pese a no haber obtenido nunca el correspondiente permiso o carné de conducir. De hecho, según algunas fuentes, A..F.S. rompió y tiró a la basura todas y cada una de las comunicaciones que recibió para instarle a realizar los trabajos que se le encomendaron para que no vuelva a entrar en prisión. Sin embargo, al romper o incumplir ese cuerdo, ahora la Justicia le obliga a pasar unos meses por la cárcel de Teixeiro.

Respecto al paradero de «O Perreras», casi todo sigue siendo una incógnita, aunque algunas fuentes apuntaron que podría estar escondido en la casa de algún amigo, motivo por el que un vehículo patrulla realizó varias rondas por la zona de Lomba y su entorno en varias ocasiones durante el día, aunque no hubo novedades. Sin embargo, hay quien ayer apuntó que «O Perreras» llegó a las cinco de la madrugada del domingo a la casa de Lomba en la que habita únicamente con su padre, que no se encontraba en ella, pues se está recuperando de las lesiones y heridas que supuestamente le causó su vástago. Según declaró el progenitor en la comisaría a la hora de presentar la denuncia, esta no era la primera vez que le golpeaba su hijo y que hasta ahora le fue perdonando, pero que había llegado a un límite y que por eso se decidió a pasar por las dependenias de la Policía Nacional a denunciar. Sus familiares y conocidos están en ascuas pues no tienen noticias sobre su paradero, aunque temen que alguno de sus amigos más cercanos sepa mucha más información que la que puedan estar barajando los investigadores.