RIBEIRA – Unas obras en un tramo de la Avenida de Ferrol se suman a los problemas de atascos en la ciudad

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La Avenida de Ferrol se ha sumado a los puntos negros para el tráfico rodado en Ribeira. Si ya resulta una odisea circular por la carretera de la costa desde Santa Uxía a Aguiño por Castiñeiras, y en las horas puntas por el tramo de semáforos de la Avenida Miguel Rodríguez Bautista, que parece que van a menos tras unos ajustes de sincronización, tanto el jueves como el viernes están siendo tremendamente complicados para los que acceden a la ciudad desde la AC-550 hacia la rotonda de Padín, pero también para los que salen de ella hacia Xarás. Muchos están especulando sobre el motivo de la actuación que está ocasionando que haya que regular con semáforos de obra ese tramo donde se ejecutan unos trabajos.

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El hecho de que se trate de la misma zona -el las proximidades del cruce de la Avenida de Ferrol con la carretera de Deán Pequeño-, donde en verano de 2012 de registró el hundimiento y agrietamiento de la calzada como consecuencia de unas filtraciones o fugas de agua derivadas del atasco de unas tuberías de pluviales, que quedaron tupidas, y que provocaron balsas de agua subterráneas, ha hecho pensar en esa hipótesis.

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Sin embargo, desde la empresa que está ejecutando las obras indicaron que nada tiene que ver con eso. De hecho, un portavoz de la misma precisó que se trata de un modificado en una conducción del saneamiento de un tramo de unos 40 metros, para ampliar su capacidad para evitar que haya desbordamientos por algún poro o posible fuga que pueda erosionar el terreno y cause un socavón. Además, como se conecta con otra que hay en el otro margen de la carretera precisaron levantar la calzada, de ahí que fuera necesario cortar uno de los carriles de circulación.

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De todos modo, y aunque los trabajos se van a prolongar entre tres y cuatro días más, desde la empresa esperan que hoy ya quede totalmente libre el carril cortado y se pueda reestablecer la normalidad en la circulación. Lo que si demandan los usuarios de la vía es una mayor información previa y la señalización de alternativas para evitar esos embotellamientos.

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Los atascos desesperaron enormemente a los conductores, pues llegaron a extenderse por viales del entorno y las esperas se hicieron interminables, pues el tiempo que el semáforo permanecía en verde era de escasos segundos, que se reducían incluso algo más cuando algunos conductores que iban en sentido contrario se saltaban el suyo en rojo, impidiendo pasar a los que ya tenían abierto el paso.