RIBEIRA – Afectados por los hedores que desprende el nuevo saneamiento se muestran contrariados porque no se contemple la separación de fecales y pluviales

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Alrededor de 100 personas asistieron recientemente a una reunión abierta a los vecinos del municipio ribeirense para abordar el problema de la «cheirume» que se viene registrando desde el pasado mes de agosto,  cuando comenzó a funcionar el nuevo saneamiento, y sobre lo que ya advirtieron en un primer momento residentes en la parroquia de Castiñeiras a través de este blog. Los asistentes a dicha convocatoria coincidieron en calificar de «insoportable» el hedor producido por el alcantarillado en distintas zonas, y con mayor gravedad en la zona de Os Areeiros y Aguiño que se encuentra más próxima al tanque de tormentas situado cerca del río Listres. Entre las muchas intervenciones que tuvieron lugar en dicho encuentro destacaron las opiniones coincidentes en mostrar contrariedad y sorpresa por el hecho de que un sistema de depuración nuevo no fuese diseñado separando las aguas pluviales y fecales, y que, según indicaron, tampoco contempla unas infraestructuras flexibles que vayan a facilitar que en el plazo más breve posible, previas a las intervenciones necesarias, se convierta en un sistema separativo.

En dicha reunión se incidió en que, en su momento, fueron varios los colectivos que alertaron, a través de escritos y alegaciones presentados ante las autoridades competentes, sobre la improcedencia de utilizar un sistema unitario, dadas las consecuencias que trae consigo. «Non entendemos cal foi o motivo que levou á administración a optar pola peor das opcións, desoíndo esas solicitudes e non dando resposta algunha ás mesmas», puntualizó un portavoz de los asistentes al encuentro. Del mismo modo, señaló que también les pareció inaceptable que un nuevo sistema de saneamiento pueda echar por un aliviadero a un arroyo aguas residuales mezcladas con las pluviales cuando las lluvias desborden la capacidad de bombeo.

El problema en el que se hizo un mayor hincapié fue en el de los «fedorentos olores», dejando claro que no van a consentir que la «estación  de bombeo» – en realidad se denomina tanque de tormentas- produzca hedores de ninguna manera. Estos olores, a juicio de los presentes en la referida reunión, son causados fundamentalmente por la emisión de gases sulfhídricos, potencialmente prejudiciales para la salud, según sea su concentración y tiempos de exposición, por lo que solicitarán información exhaustiva sobre sus mediciones, que creen que deben ser continuas. Y añaden que le comunicarán a las distintas partes implicadas y competentes en el tema que deben tomar todas las medidas y realizar las actuaciones necesarias y suficientes para que la vecinos, en general y en particular los situados en las cercanías de este «punto vermello», mantenga idénticas condiciones de calidad de vida a las existentes con anterioridad a las obras de la EDAR.

Asimismo, piensan que cualquier opción que se contemple debe servir para mejorar de manera efectiva los ecosistemas de la zona, no sólo por su valor intrínseco, sino también para por el valor económico que representa para muchas personas que viven de él. También señalaron que hace falta destacar que los vecinos más próximos al tanque de tormentas, y la ciudadanía en general, echan mucho en falta alguna información previa sobre los posibles riesgos e incomodidades potenciales del saneamiento. «Un mínimo de transparencia debería obrigar a actuar doutra maneira», concluyeron.