RIBEIRA – Fallece un veraneante madrileño de 67 años después de caer fulminado a causa de un infarto en medio del mercadillo ambulante
La Policía Nacional investiga la muerte de un hombre de unos 50 años en su casa de la calle Álvaro Cunqueiro, en Fondevila
El madrileño Ángel Luis de Diego Prieto, vecino del distrito de Chamberí y de 67 años, falleció ayer por la mañana poco después de caer fulminado al suelo, posiblemente debido a un infarto. El hombre, que se encontraba de veraneo con unos familiares en la localidad de Porto do Son, caminaba junto a su pareja entre los puestos del mercadillo semanal de Ribeira cuando, al pasar por delante de uno en el que se venden sábanas, cayó de repente sobre el pavimento, en una zona próxima al pantalán de la Xunta. Una vecina de la parroquia de Palmeira que estaba cerca del hombre que se encontró indispuesto llamó a las diez menos cuarto al 061 para solicitar una ambulancia, al alertar que había una persona que se desmayó y que estaba inconsciente. El vehículo asistencial se dirigió al lugar, llegando antes de las diez de la mañana para prestarle los primeros auxilios a la víctima y, casi a la vez, también lo hicieron los sanitarios del Punto de Atención Continuada de Santa Uxía, que acudieron por su cuenta al lugar.
Mientras llegaban esos medios, un vendedor del mercadillo salió a la Avenida do Malecón para darle el alto a una patrulla de la Policía Local de Ribeira que pasaba por allí. Cuando los agentes municipales llegaron al lugar se encontraron al hombre tumbado boca arriba, inconsciente y respirando con dificultad, por lo que lo colocaron en posición de seguridad sobre el costado izquierdo y contactaron con Unxencias Sanitarias 061 a través del Centro de Atención de Emerxencias 112 Galicia. Luego siguieron las instrucciones que les dio el médico por teléfono. Mientras tanto, otros compañeros abrieron un pasillo por medio de los puestos ambulantes para facilitar el acceso de los técnicos sanitarios.
El personal facultativo y asistencial estuvo practicándole las correspondientes maniobras de reanimación durante aproximadamente media hora, pero no pudieron hacer nada por salvarle la vida y a las diez y 26 minutos se certificó su fallecimiento. Al lugar del suceso se desplazó también una patrulla del Cuerpo Nacional de Policía, que acordonó la zona y estuvo custodiando el cadáver hasta que la forense ordenó vía telefónica el levantamiento del cadáver en torno a las once y media de la mañana. El personal de Pompas Fúnebres recogió el cuerpo sin vida de Ángel Luis y lo trasladó al Hospital Provincial de Conxo, en Santiago de Compostela, para que le sea practicada la autopsia.
A ese mismo centro hospitalario de la capital de Galicia también fueron llevados en un vehículo fúnebre los restos mortales de un vecino de unos 64 años de la Rúa Álvaro Cunqueiro, en el ribeirense barrio de Fondevila. Al parecer, el hombre fue encontrado muerto en su cama instantes después del anterior suceso mencionado en el mercadillo. La Policía Nacional investiga las causas de la muerte, aunque se apunta a una sobredosis como principal hipótesis del fallecimiento. Por ese motivo, al lugar del hallazgo se desplazaron la forense de guardia, que ordenó el levantamiento del cadáver; una patrulla uniformada de la Policía Nacional y efectivos de las unidades científica y judicial de la comisaría de Ribeira, y el personal y vehículo de una empresa funeraria.
UNA MUERTE NATURAL EN LA ZONA DE COROSO
Dentro de unas horas de fallecimientos en el municipio ribeirense, en torno a las nueve de la mañana falleció un hombre de 69 años que, pese a ser natural de la capital barbanzana, llevaba bastantes años residiendo en la localidad vasca de Bermeo, hacia donde a media tarde de ayer partió el cadáver para ser velado y enterrado. Se trató de José Martínez Fernández que también se encontraba de veraneo en la zona y acababa de levantarse para desayunar. En este caso, la muerte se debió a causas naturales, como consecuencia de una grave enfermedad, por lo que fue el facultativo del PAC de Santa Uxía quien certificó su muerte. Sus restos mortales fueron trasladados en un primer momento al tanatorio Los Dolores, en Xarás, mientras se tramitó toda la documentación necesaria.



