BOIRO – Familiares de los desaparecidos del “Paquito Nº Dos” arremeten contra la armadora por el retraso en el reflote del barco hundido
Más de medio millar de personas, según las fuerzas del orden, y el doble según los organizadores, asistieron primera hora del viernes a la concentración celebrada delante de la lonja de Cabo de Cruz para reclamar que se reflote el bateeiro “Paquito Nº Dos”, hundido en la costa de Corrubedo tras el naufragio registrado hace 8 meses. Ángel Torrado, amigo de la familia de los tripulantes desaparecidos, Rauliño y Mané, leyó un manifiesto en el que, en primer lugar, los seres queridos de esos marineros hicieron autocrítica para que Boiro, en general, y Cabo de Cruz, en particular, no caigan en la desidia y el abandono que, a su juicio, llevó a dejar pasar el tiempo sin que se ejecutase el reflote que ahora piden con insistencia y para el que se recogen
firmas, superándose ya las 6.000 sinaturas, que durante la concentración de este viernes continuaron aumentando pues muchos de los que acudieron quisieron sumarse a esa campaña.
En dicha alucución, los familiares hicieron partícipes de esa crítica a las otras dos partes que consideran que fallaron en esta causa: la empresarial y la institucional. Indicaron que les fallaron a todos ellos, pero sobre todo a los familiares de los desaparecidos y a ellos mismos. Arremetieron contra la firma armadora por su “opacidade, silencio, deixadez e abandono” y que fruto de todo ello está a cometer «un sinsentido e unha gran falta de humanidade». Criticó que dicha empresa no se pusiera a disposición de las familias y las informase de cada paso, pero hubo una «evidente desinformación». Añadieron que de haber contado con ellas se pudo llamar a las puertas institucionales y afrontar el caso de otra manera, quizás más efectiva, por si pudiera haber una problemática empresarial que impidiera el reflote. Sin embargo, entre los numerosos concentrados había quienes manifestaban que, a su entender, la empresa nunca estuvo interesada en realizar esa maniobra para sacar el casco a la superficie y que el paso del tiempo parece querer darles la razón.
Del mismo modo, recriminaron que los políticos no dieran un paso adelante y pelear mano a mano con la empresa armadora y las familias para que el reflote se hiciera mucho tiempo atrás para verificar al 100% que los cuerpos de Rauliño y Mané están o no dentro o alrededor del casco hundido, o atrapados en su maquinaria o artes pesqueras esparcidas por el fondo marino. «O barco ten que ser reflotado dun xeito ou outro», mese fue el grito de guerra que se quiso mantener vivo durante toda la concentración y que mantendrán en el futuro «pois mentres haxa a máis mínima dúbida, se xenera unha mínima esperanza» y eso es a lo que legítimamente se aferran los familiares y todos los que se concentraron en el puerto crúcense en el que amarraba el bateeiro «Paquito Nº Dos».
Al final de este «acto humano, solidario e de lembranza hacia nos nosos compañeiros desaparecidos a raíz do que consideramos una inxustiza e unha indignidade», se guardó un escrupuloso minuto de silencio que sólo se rompió al final con los aplausos cómplices de todos cuantos quisieron arropar a los familiares de Antonio Hermo y Santiago Blanco. Peviamente, y detrás de una pancarta con los rotos de los dos marineros desaparecidos y el lema «Mané e Raul viven no meu corazón», como también rezaban las camisetas que lucían los seres queridos más cercanos de los dos marineros desparecidos, tomaron la palabra dos mujeres llamadas de igual modo, Carmen Hermo, ´tía y sobrina de «Rauliño», que con lágrimas en los ojos, que le provocaban el recuerdo de su ser querido, pero con una voz firme que les permite mantener viva su lucha, reclamaron lo que todos los concentrados quieren que se haga: que se reflote el «Paquito Nº Dos»
.
