RIBEIRA – Un accidente de una carrilana, que se llevó por delante a varios espectadores, marcó el Gran Prix de la Festa da Dorna
Una salida de vía por el margen izquierdo del bólido de la peña As Pirañas van de Cañas, tras patinarle las ruedas traseras, en el circuito de la Cuesta da Mámoa marcó el desarrollo de una nueva edición del Gran Prix de Carrilanas de la 67ª singladura de la Festa da Dorna de Ribeira. Como consecuencia de ello, ese bólido se llevó por delante a un sector del público, causando magulladuras a varios de ellos y una lesión en un tobillo a una mujer, que fue evacuada en una ambulancia de la empresa Ambunova al Hospital do Barbanza para someterla a varias pruebas. Pese a que se instalaron vallas metálicas para reforzar la seguridad del circuito respecto a ediciones anteriores, en el tramo donde estaban situados esos espectadores no había más que una cinta, aunque la carrilana siniestrada tocó ligeramente una última valla de un tramo antes de arrollar a la gente. En ese punto no había vallas ya que inicialmente no se trataba de una curva ni tampoco se consideró como un punto peligroso.
Al cierre de la edición de este post de «loqueyotedigo» se desconocía aún el alcance de las lesiones, pero en un principio se apunt`´o por parte de organización a algo de escasa gravedad, a la espera de que se confirme el contenido del parte médico. De hecho, los spikers que trataban de animar a los presentes le quitaron hierro al asunto para no alarmarles.
Otra de las incidencias se produjo cuando empezó a perder aire o presión el hinchable instalado junto la rotonda de La Sirena, por lo que perdió altura y fue necesario elevarlo manualmente y sujetarlo para que pasaran las carrilanas por debajo hasta que se decidió retirarlo definitivamente. De todos modos, en este caso no hubo que lamentar daños.
Por lo demás, el Gran Prix de Carrilanas de Ribeira se desarrolló con normalidad, empezando curiosamente con puntualidad británica, pues tras la exposición en el Malecón, la bajada del primer bólido desde el Alto de A Mámoa se produjo a la 20.37 horas con un triciclo. En total bajaron 25 carrilanas, de las que todas remataron el circuito,algunas con mayor dificultar, más rápidas que otras, a excepción de la que se accidentó tras salir en cuarto lugar y se llevó por delante a un grupo de espectadores. Sobresalieron el barco pirata de Os Piratas da Tasa, la Virgen y las Niñas de María de Polvos do Vilar, el coche antiguo de Berberechos Asasinos, la bombona de Muxo Beti, el tanque militar de As Navallas de Palmeira, la dorna de Os Rapantes, el carro de vacas de Pateiros Palangreiros, el taxi de Corsarios, la tarta de Derrape, El Equipo A de Centolos mías Tolos, el camión de Protección Civil de Os Serráns máis Marráns, los romanos de Estou que Eskacho, la piña debajo del mar -se supone que de Bob Esponja- de As Llapras do Stop, el autobús de Arriva de Arría o Jallo, la jaula de Bogavantes y el barco de la descarga de A Tuna Nejra.
Miles de personas -muy difícil calcularlo, pero la corriente humana que se formó para bajar por A Mámoa así lo parecía indicar- se apostaron a ambos lados del circuito para seguir una de las grandes atracciones incluida en el cuaderno de bitácora que cada año forma parte de la singladura dorneira ribeirense.





























