A POBRA – Vigilantes de la cofradía vieron a los imputados por el crimen de Yulisa en O Areal después de aparecer el cadáver junto un viñedo

Él regresaba de la zona de la playa más próxima a la capilla de O Xobre y ella lo esperaba en un coche

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Melisa Abelleira Castro se echó este lunes atrás, después de pensárselo mejor, en sus intenciones expresadas a través de una carta, fechada el 16 de junio y remitida a la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 1 de Ribeira, de prestar declaración “para dar a conocer hechos nuevos decisivos para enjuiciar la causa” en la que está imputada, junto a su pareja,  Ventura Lustres Miranda «O Farelo», por el crimen de la dominicana Yulisa Altagracia Pérez, de 39 años. De esa manera, lo que parecía que podría aportar algo de luz sobre este asunto se vino abajo, por lo que todavía hay muchas cuestiones que son una verdadera incógnita.

Pese a ese revés, poco a poco van trascendiendo detalles de la investigación que permitirán saber  donde estuvo la pareja desde que la ahora fallecida salió de un bar de la zona de Bandourrío, en Ribeira, hasta que apareció su cadáver o incluso la detención de ambos. De hecho,  «loqueyotedigo» ha podido saber que poco antes de la medianoche del domingo 7 al lunes 8 de junio, ambos fueron vistos por los vigilantes de la Cofradía de Pescadores de A Pobra en un extremo de la playa de O Areal próximo a la capilla de O Xobre.

De hecho, cuando esos profesionales llegaron a las inmediaciones de dicho templo, vieron un Seat Ibiza blanco en el que había una mujer en el asiento del copiloto, mientras que la puerta del conductor estaba abierta de par en par. Poco después vieron llegar a un hombre, que resultó ser “O Farelo”, y que llevaba una bolsa  pequeña, pero no le dijeron nada porque no tenía aspecto de regresar  de practicar marisqueo ilegal, además de que por la zona del banco marisquero no había pisadas que hicieran pensar lo contrario, y los dejaron marchas del lugar, ajenos a lo que había pasado con la  aparición del cadáver.

También ha trascendido que durante dos días seguidos estuvieron por esa zona efectivos de la Guardia Civil, entre los que había miembros de unidades judiciales, realizando una inspección. Parece ser que se sospechó que pudo ser ese lugar en donde se pudieron deshacer del arma  homicida -un destornillador-, pero no apareció nada, además de que, en
el caso de que eso fuera cierto, las mareas pudieron haberla arrastrado a otra parte.

También parece confirmarse que cuando los investigadores fueron a buscar a la pareja a su piso de la Rúa Tetuán ya tenían fundadas sospechas de que podrían ser los autores de los hechos, aunque en el cuartel comparecieron y declararon como testigos pero acabaron por detenerlos, principalmente porque ambos indicaron que estuvieron en diversos sitios excepto en el bar de Ribeira en el que había constancia de la presencia de Melisa Abelleira a través de imágenes y de otros testimonios.