RIBEIRA – Carta a Yuli… mi wira
Un amigo de Yulisa Altagracia Pérez, natural de la República Dominicana pero que residía en Ribeira hasta que fue asesinada el domingo 7 de junio, me ha enviado esta carta que le ha escrito a esta mujer y que quiere compartir con todos vosotros
Llevo varios días tocado y muchas horas sin dormir porque aun no puedo creerme que mi amiga Yulisa ya no pueda estar entre nosotros. Se me hace muy difícil escribir esto y expresar lo que siento ya que me supera la emoción. Cuando pienso en ti sólo veo alegría y ganas de vivir, siempre tuviste una sonrisa aunque no acompañaran buenos momentos y, a pesar de todo, siempre sacábamos algo positivo. Como nos reíamos de las anécdotas de
la noche, de los satélites y, sobre todo, de las chismosas.
Aún parece que te oigo cuando recuerdo tu “Eooooo!” y la defensa que hacías de tus amigos y esa sonrisa que nunca te faltaba. A su mamá, que estos días nos visitó desgraciadamente por estas circunstancias. decirle que puede estar muy orgullosa de haber parido a una hija como Yulisa. Honesta, educada, alegre…. A sus hijos que han quedado huérfanos decirles que su mamá tenía muchas ganas de que estuvieran con ella pero no pudo hacerlo antes por los problemas económicos que estamos padeciendo y la burocracia de las leyes que rigen en este país en materia de reagrupamiento familiar. Ella deseaba mucho traeros y la vi llorar más de una vez de impotencia cuando recibió la carta en la que le denegaban el reagrupamiento por un tecnicismo laboral que esta semana ya estaba resuelto con su
contrato fijo discontinuo. Siempre quiso que los suyos estuvieran aquí, en su segunda patria. Que pensaba mucho en vosotros y hacia muchos planes para cuando llegaseis…. Ya tenía vuestras habitaciones preparadas y se le humedecían los ojos de lo orgullosa que estaba de vosotros por ser lo más grande que tenia…. Y lo de ser abuela, enseñándonos las fotos de sus nietos.
Los que te hemos conocido sabemos bien como eras y te llevaremos siempre en nuestro corazón. Me va a ser muy difícil olvidar las palabras que me dijiste. Sólo espero que Dios cumpla con su palabra y te acoja en su seno. Mi niña, mi wira…. Descansa en paz.

